Innovación enfocada al consumidor
La innovación más efectiva ocurre cuando entendemos muy bien cuáles son (e inferimos cuáles van a ser) las necesidades y los deseos de los que ya son nuestros clientes y de los que queremos que lleguen a serlo.
Trabajar cerca de los clientes (entendiendo qué es lo que ellos quieren y teniendo siempre presente que el objetivo es ganar esa empatía que nos debería permitir lanzar soluciones novedosas a partir del más pequeño detalle capturado) resulta clave para vislumbrar aquellas necesidades que, de ser satisfechas, pueden marcar la diferencia en un mundo sobreofertado (en el que no es nada fácil llamar la atención y captar el interés de los clientes) y en el qué, además, lo que hoy es nuevo y glamuroso, mañana se puede convertir en algo habitual y mundano (Segarra, 2014).
Los productos deben ir dirigidos a los clientes, y son ellos quienes debe tener más confianza en estos para adquirirlos, es por esta razón que la innovación es la clave para que las empresas puedan mejorar su posicionamiento en el mercado, teniendo siempre presente al cliente, aumentando su confianza, fidelidad, todo esto enmarcado en una respuesta a las necesidades que ellos plantean de una manera óptima. (Curewitz, 2009)